RENOVACIÓN EN LA MÚSICA ESPAÑOLA EN EL SIGLO XX (Artículo científico)




A LA ALTURA DE LAS CIRCUSTANCIAS… CONTINUIDAD Y PAUTAS DE RENOVACIÓN EN LA MÚSICA ESPAÑOLA
Germán Gan Quesada


RESUMEN

La década de los cuarenta fue un tiempo de intensa labor de reorganización de la vida musical española, que había quedado muy desarticulada tras la Guerra Civil. Se creó la Orquesta Nacional, se reformó el Conservatorio de Madrid, se fundó el Instituto Español de Musicología, se produjo y consolidó todo un repertorio y un público sinfónico, y surgieron intérpretes muy relevantes. Estos entre otros factores, fueron determinantes en la vida institucional, en la creación, en la didáctica y en la investigación histórica de la música española y sentaron unas bases sin las que sería imposible comprender la segunda mitad del s. XX. El nivel de actividad y su implicación con aspectos políticos e ideológicos del nuevo régimen hacen de la década de los cuarenta un campo apasionante de investigación y estudio. A la vez que músicos españoles desarrollaron una importante labor en el exilio, otros permanecieron en España tratando de reanudar sus actividades. Entre estos últimos, Joaquín Rodrigo, a quien Federico Sopeña calificó como "el músico de estos años", ocupó un lugar principal.
A partir de los años 60 un gran número de compositores va abandonando las bases nacionales y basando su lenguaje musical en las tendencias de las vanguardias europeas. Entre ellos destacan los nombres de Gerardo Gombau, Carmelo Bernaola, Cristóbal Halffter, Luis de Pablo, Joan Guinjoan, Manuel Angulo, Tomás Marco y Carlos Cruz de Castro.


ABSTRACT

The forties were a time of intense reorganization of Spanish musical life, which had been very disjointed after the Civil War. The National Orchestra was created, the Madrid Conservatory was reformed, the Spanish Institute of Musicology was founded, a whole repertoire and a symphonic audience were produced and consolidated, and highly relevant performers emerged. These, among other factors, were decisive in institutional life, in creation, in didactics and in the historical investigation of Spanish music and laid the foundations without which it would be impossible to understand the second half of the s. XX The level of activity and its involvement with political and ideological aspects of the new regime make the 1940s an exciting field of research and study. At the same time that Spanish musicians carried out important work in exile, others remained in Spain trying to resume their activities. Among the latter, Joaquín Rodrigo, whom Federico Sopeña described as "the musician of these years", occupied a leading place.
Starting in the 1960s, a large number of composers abandoned national bases and based their musical language on the trends of the European avant-garde. Among them, the names of Gerardo Gombau, Carmelo Bernaola, Cristóbal Halffter, Luis de Pablo, Joan Guinjoan, Manuel Angulo, Tomás Marco and Carlos Cruz de Castro stand out.

En el siguiente comentario nos introducimos en el artículo de German Gan Quesada titulado A LA ALTURA DE LAS CIRCUSTANCIAS… CONTINUIDAD Y PAUTAS DE RENOVACIÓN EN LA MÚSICA ESPAÑOLA donde nos narra la historia de la irrupción y la aceptación de la música contemporánea dentro de nuestro país. Un país que hasta la llegada de los años sesenta se podía decir que no dejó espacio artístico para este género de música, fruto de los acontecimientos que habían ocurrido a lo largo de la primera mitad del siglo XX y la devastación que originó en toda Europa. Un siglo donde se buscaban, como en otros ámbitos artísticos, la ruptura de la tradición artística y la renovación de los cánones preestablecidos.

Un artículo que nos introduce en la transformación o el principio de transformación de experimento el país a partir de mediados de siglo XX con la emigración a otros países de españoles por falta de trabajo y las primeras llegadas de turistas. En este momento, el mundo musical español empieza a abrirse con la creación de los Premios Nacionales de Música y la readmisión del país en la Sociedad Musical Internacional de mano e Oscar Esplà. Una época que corresponde al avance de la generación del 56 donde ubicamos a Montsalvatge que será una de las piezas importantes en esta época de transición musical.

También aparece Joaquim Homs, junto a Oscar Esplà y Xavier Montsalvatge, que destacará por su evolución desde la tradición musical hasta el dodecafonismo dentro de su producción orquestal como el Caminant i el mur (1961) o Homenatge a Webern (1959) son obras referentes dentro de la época y el nuevo estilo en España. Una carrera que recibió bastantes premios de trayectoria en ámbito autonómico y nacional. Otro contemporáneo nacido el mismo año que Homs de origen salmantino es Gerardo Gombau que se acerco aun más al vanguardismo de la época con obras como Texturas y estructuras (1963) o el cuarteto de música 3 + 1(1967) donde se apoya la armonía en el serialismo.

Los nuevos espacios donde se apoyaba la música eran importantes porque ponían en conexión a todos los interesados e intérpretes del tema. Uno de estos locales fue el Club 49 de Barcelona donde se promocionó la música Jazz y la música contemporánea donde pasaron gifuras importantes como Nono, Cage o Ligeti. Además, la organización de conciertos en los Jardines Bertomeu y el ciclo de Música Orbeta que promocionó el grupo musical Diablulos in Musica, grupo especializado en música contemporánea, entre los años 1964 al 1986 en la ciudad de Barcelona. La promoción de este tipo de música a partir de los años cincuenta se abre al país dando un poco de normalidad a los compositores. Pruebas de esta adaptación es el ciclo de música de Compostela o el auge en Madrid con la Asociación Musical Universitaria o el movimiento de Juventudes Musicales en España, dirigidas por Luis de Pablo. Una generación de compositores y músicos que vivieron de los acontecimientos sociales de desarrollo del país en los años cincuenta y  sesenta, la generación del 51.

Esta generación, formada por jóvenes madrileños con muchas inquietudes el otoño del 1958, se formaba con nombres como Manuel Moreno Buendia, Alberto Blancafort, Fernando Ember, Manuel Carra, Enrique Franco, Ramón Barce, entre otros. Crearan un programa de conciertos para interpretar sus obras y formar un catalogo propio de repertorio vanguardista internacional. En 1966, el musicólogo madrileño Vicente Salas, exiliado a Chile, ponía en el escaparate a Cristóbal Halffter y Luis de Pablo como representantes de la nueva composición española y figuras de interés internacional por su posición en la vanguardia. Es esta época donde empiezan a sentar las bases el estilo halffteriano con la fusión de material electroacústico en obras como Planto por las víctimas de la violencia (1970-1971) y una radicalización en la sonoridad de la orquesta con obras como Elegías a la muerte de tres poetas españoles (1974-1975) o Réquiem por la libertad imaginada (1971). A lo largo de los años 80, ya director de Bellas Artes y con el segundo premio Nacional de Música, se centra en su estilo pero dedicado a conciertos para solista y la reflexión sobre la tradición musical hispánica. En esta época destacamos Concierto para piano y orquesta (1987-88), Concierto para clarinete y orquesta (2000-2001), entre otros.

Luis de Pablo también ocupa un lugar destacado en este grupo, junto con su obra Radial (1960) consigue su primer estreno internacional y aparece como el compositor mas representativo de su generación, a la par de Halffter. El compositor arriesgo con todo los materiales accesibles como la electroacústica con We (1969), música y escena con Protocolo (1968) y llegara hasta la ópera con un lenguaje musical que tiene su sello personal con obras como  Latidos (1978) o Vendaval (1995). Su carácter colaborativo con otros compositores que dio fruto para continuar con el grupo como Javier Aguirre, Victor Erice o Carlos Saura. También, los cargos que desarrollo que lo elevaron a su máximo culto como académico de Bellas Artes, Premio Nacional de Música, entre otras cosas. Han hecho de la Figuera de Luis de Pablo uno de los compositores actuales más conocidos del gran público.
La segunda escuela de Viena era defendida por un tridente tan importante como Schomberg, Webern y Berg. La defensa del joven movimiento musical, nacido a finales de los años cincuenta y consolidado a partir de los años sesenta, también residía en un formato de tres compositores a la cabeza. En este caso, presentamos al último que acompañaría a Luis de Pablo y Halffter, el vizcaíno Carmelo Alonso Bernaola cierra este trio de compositores relevantes de la generación. Destacando su última etapa orquestal con obras como Nostálgico (1986) o Clamores y secuencias (1993-99). Tambien, se exalto su figura con el ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando y el Premio Nacional de Música.

En esta época también aparecen otros compositores que no gozaron o no gozan de tanta admiración entre sus contemporáneos pero si fueron admirados y exaltada su obra en su época. Es el caso de Manuel Castillo con un estilo más tradicional al piano con obras como Sonatina para piano (1949). Otros jóvenes compositores fueron Manuel Angulo (1930) y Antón García (1933). No solo en Madrid nace la vanguardia, en Barcelona también residen dos autores de nuestro interés que formaran parte en el joven grupo de músicos Josep Maria Mestres Quadreny (1929), antes descritas sus obras, y Xavier Benguerel (1931), formado en Chile y, a su regreso a su ciudad natal, formado con Cristòfol Taltabull. Autores que trabajaran el serialismo, el estilo de Cage y la música electrónica en sus obras.
A lo largo de la década de los sesenta, el impulso del vanguardismo aumenta y va dividiéndose por varios caminos. Adaptando novedades, con el ánimo del boom de la generación de novelistas latinoamericanos que estaban teniendo bastante éxito, pese a su veteranía, como Camilo José Cela (San Camilo, 1936-69). Las lienas de la corriente realista avanzan con Juan Marsé y Juan Goytisolo. En la creación poética también resaltaran autores con sus obras experimentales como José Hierro (Libro de las alucinaciones, 1964) o Angel Gonzalez (Palabra sobre palabra, 1965) y el grupo de los novísimos surgido en 1969. Finalmente, en el teatro surge la corriente provocadora en los ejercicios escénicos de Fernando Arrabal y Francisco Nieva.

En el ámbito musical, aparecen las obras de Cruz de Castro avisando del cambio de década y respondiendo a una actitud de plena iconoclasia, cercana a la música de acción, lúdica de la notación gráfica, minimalista y utitlizando fuentes sonoras innovadoras como en las obras Ajedrez (1969), Modales (1969) o Apertura (1972). Aparece Tomás Marco (1942) que fue responsable en la década anterior de medios de difusión musical en España con RNE y la Orquesta Nacional de España, El Mundo, etc. También, exaltada si figura como Académico de Bellas Artes y Premio Nacional de Música 2002. Marco destacó en el último medio siglo de la música española por la obra liberada de ataduras del vanguardismo y la revisión postmoderna de los cuartetos de cuerda con Aura (1968) o el Concierto para violín y orquesta (1972). La música de Marco ha estado representada en todos los formatos hasta llegar al circuito de nueve sinfonías para orquesta entre 1976 y 2010. Su música viene derivada de la complicidad con el imaginario sonoro del oyente.

A partir de los años setenta, la música y los compositores están eperenado un cambio en la estética de la música reflejado en el análisis ‘’postserialista’’ de Ruiz Roca que pedia una evolución dentro de la música partiendo de la base de las innovaciones marcadas de Cage, Ligeti, Messiaen o Xenakis. Las primeras obras que se composieron como Facturas (1969) de Francisco Guerrero o Amalgama (1971) de Carles Guinovart se ubican en esta dinámica de creación musical.

En esta época aparece las primeras inflexiones del gusto de la gente por la música jazz desde las primeras incusiones de Tete Montoliu y visitas de la capital catalana de estrellas como Louis Arsmostrong, Lionel Hampton y Count Basie entre 1955 – 1957. Sintomas fueron la creación del I concogreso sobre el jazz en Barcelona, organizado por la universidad, en 1959 y los primeros festivales de jazz patrocinados por el Club Jamboree y el Hot Club en 1966. Unos festivales que recogían tanto la floreciente juventud jazzística del país como las grandes estrellas del jazz internacional como Coleman Hawkins (1967) o Miles Davis (1973).

En este momento, se acelera el consumo masivo de música en el país con todo tipo de géneros que invaden todos los recovecos del país. Desde los géneros folklóricos de copla, rumba catalana y flamenco donde podemos encontrar personajes representativos como Peret, Camarón de la Isla, Paco de Lucia o José Merce y el interés por los productores internacionales de jazz en estos músicos flamencos. La canción protesta o Nova Cançó donde se fusionaba la música con la sociedad y sus reivindicaciones con cantautores como Lluis Llach, Maria del Mar Bonet, Raimon y Ovidi Montllor También más populares, los géneros derivados directamente del blues como el Pop y Rock que dieron paso a la Movida Madrileña y a una globalización de la música constante, ubicada dentro de las modas de consumismo social impuestas por las productoras musicales.


VALORACIÓN PERSONAL

En este capítulo nos centramos en la creación y el hilo histórico que nos presenta el autor para describir el avance de la creación musical en el siglo XX. Una parte destacable es el empuje de los grupos de jóvenes que van creciendo con las nuevas filosofías y técnicas de composición. También, como van incorporando manifestaciones públicas para las representaciones y van conjuntamente evolucionada con todas las corrientes de bellas artes. Destacar también como se iguala la música jazz, la música popular y la música académica a finales de los años setenta. Un punto que hubiera estado interesante incluir en el capítulo seria estudiar como irrumpen estos géneros en el consumo de ocio musical porque hasta el momento la gente consumio géneros derivados de la música académica. 

A partir de los años 70, las nuevas modas globalizadas van irrumpiendo en el ocio hasta día de hoy. Puntos más propios de la sociología musical y la etnomusicología, el estudiar como ha evolucionado el concepto de música en nuestras mentes que equiparamos el mismo interés, admiración y dificultad a la música consumista derivada del Pop-Rock, influenciada por las porductoras musicales que invierten y quieren rentabilizar sus inversiones, que música académica, incluyendo dentro de ella la música jazz. Las modas, impulsadas desde el despacho del empresario de turno hacen olvidar o esconder el concepto real de la creación musical. Una situación que nos introduce dentro del refranero español porque ‘’el árbol nos está impidiendo ver el bosque’’.

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