MÚSICA Y ETNOGRAFÍA ( Artículo investigación)


En el siguiente artículo hablaré sobre la relación entre la música y el mundo del enganche del carros y carruajes. Una explicación solida de los componentes musicales que  rodean este gremio y muchos desconocen pero tienen una lógica construida durante siglos, transmitido oralmente entre generaciones.




Pude investigar una gran parte de esta información durante el rodaje del documental Gent de carro, memoria d’un passat entre cavalls donde entreviste a siete hombres de diferentes puntos de la Comunidad Valenciana con la misión de hacer una reconstrucción del mundo del caballo y el oficio de carretero en esas tierras, documental que fue premiado como mejor documental en el concurso nacional Curts del Moscatell de Teulada 2018. Además, he entrevistado a socios de la asociación nacional de La Mula Española para completar el tema con un punto de vista a nivel nacional para unificar conceptos. Por último, he recopilado información  mediante libros y antologías del cante tradicional para completar la parte sobre los géneros de cante en el campo. En resumen, todo fuentes primarias que hablan de una manera directa sobre la relación del campo, el hombre, el caballo y la música.

La música ha estado presente en todos los aspectos de la vida cotidiana, buscando rellenar esos huecos de aburrimiento, celebraciones o largas jornadas de trabajo. En el mundo del caballo se emiten dos tipos de música; la música emitida por las personas con la voz que la denominaremos música directa y la música emitida por los elementos adheridos a las guarniciones de los animales  que denominaremos música indirecta (campanas, cencerros y cascabeles).

El primer grupo, corresponde a la música que han creado de manera directa las personas. La tradición popular creó todo tipo de juegos de palabras sobre el oficio de carretero, tratante o labrador como los dichos populares sobre sus costumbres; fumas más que un carretero o eres más mal hablado que un carretero. Con la música, los carreteros y labradores  inventaron sus propias melodías en el trabajo, creando así un género o palo más en la música popular de los que hablare en este articulo.

La música popular en cada región de España tiene sus características pero los cantes a capella o cantes sin acompañamiento son prácticamente iguales, las diferencias son mínimas. Son melodías interpretadas por un solista con carácter melismático y van girando sobre un tono determinado, las letras van apareciendo según el virtuosismo de la persona. Por ejemplo, aparecen en la base del árbol del flamenco andaluz las temporeras, en el cante popular valenciano los cants a l’aire. Estos cantes aparecen para apalear las jornadas de trabajo del campo, distrayendo a los temporeros con melodías y letras que hablan sobre la vida del pueblo. Se conservan cantes de siembra, siega, trilla, etc. Tantos como labores hay en el campo, siempre con las mismas característica monódicos y melismáticos.

En el segundo grupo corresponde a la música indirecta, la música emitida por los elementos adheridos a las guarniciones de los animales. En este grupo podemos diferenciar los elementos entre tipos de guarniciones, enganche de carruaje o enganche tradicional, también otro grupo según el tamaño de campanas, cascabeles o cencerros.
Los cascabeles forman su grupo con las guarniciones y enganches de carruaje porque el sonido del cascabel se emite desde el rebote de la minúscula bola metálica al cuerpo del cascabel, lo golpea contra el cuero al crearse la inercia (arriba-abajo) del trote del animal. Si ubicáramos collares de cascabeles en los enganches que tradicionalmente van al paso, el instrumento no sonaría con la intensidad que debería, desaprovechando su total potencial sonoro. A estos enganches de paso, los típicos carros de transporte, se les incorpora en su guarnición las campanas y los cencerros. La diferencia entre estos dos tipos es el badajo, la campana tiene un badajo metálico creando un sonido agudo y brillante (un sonido más vivo), mientras que el cencerro tiene un badajo de madera creando un sonido grave y oscuro (un sonido más tranquilo). También, hay que remarcar que el tamaño utilizado de campanas y cencerros para carro es el tamaño pequeño (6-7 cm) porque es un sonido que no molesta al manejar el carro y hablar con los animales, los de gran tamaño son utilizadas para el ganado de pasto que necesita oírse a larga distancia.

En los enganches de carruaje siempre se incorporan los cascabeles, este elemento musical solo es utilizado en este tipo de guarnición, como hemos dicho anteriormente, busca el sonido en el regolfar del trote utilizado en los carruajes de paseo, diligencias u otros vehículos que no van al paso natural del animal. La guarnición calesera, el enganche tradicional español para carruajes, utiliza varias piezas con cascabeles del mismo tamaño (ahogadero, collar y lomera). Los otros tipos de guarniciones europeas pueden utilizar máximo el collar y la lomera pero suelen tener solo el collar. En los enganches tradicionales, según la labor que está desempeñando el animal, utiliza un tipo u otro para acompañar el trabajo sin molestar la comunicación entre carretero y caballería.

En el campo, existen diferencias de tiempos al haber diferentes trabajos, no va igual de rápido el animal con la reja o la vertedera que con el trillo o sacando carros de los arrozales. En los trabajos donde el animal va más lento, se utilizan un par de cencerras para marcar el tiempo del paso, casi un mantra para que el animal camine tranquilo y pueda escuchar la voz humana. En la entrevista con A. Serna, carretero de la meseta, nos remarca que en ocasiones como la siembra o la trilla, donde era motivo de alegría al plantar o recoger los alimentos, se ponían los collares de campanillas para dar aire a los animales (hablamos de aire cuando se busca un paso más rápido pero sin llegar al trote). En la zona de levante, varía el número de cencerras en los trabajos, para trabajos más lentos y serios, pocas cencerras, y para trabajos menos serios más cencerras. Se buscaban varias notas en las cencerras para crear acordes y armonías en el andar de los animales.

En la parte de los carreteros nos centramos en los collares, una diferencia está en las tiras de campanas de los collares. Los collares de mulas utilizados en la meseta tienen varias tiradas, según el capital del carretero, pero en la tradición levantina solo se incorpora una única tirada de campanas en los collares. Los carreteros tenían dos tipos de guarniciones, la guarnición de trabajar y la guarnición de fiesta. La diferencia estaba en la cantidad de decoraciones que incluía la guarnición de fiesta (mosqueros, más tachones en el cuero, mantillas de seda, borlajes, etc.) frente a la simplicidad de la guarnición de trabajar, donde entre las decoraciones se incluían más campanillas.
Un caso especial donde se puede ver la diversidad y diferencias entre las zonas de la península, es la utilización de collares de cascabeles en los enganches tradicionales de carro en Cataluña.

Por último, recordar un oficio extinto y poco recordado en las fiestas que relacionaba a la música, al animal y al carretero en todo su esplendor artístico. El organillo que en muchas vertientes lo acarreaba un carro de pequeña envergadura, tirado por un asno o mulo mediano en las calles y verbenas de nuestros pueblos. El organillo fue inventado en el s. XIX en Inglaterra pero tuvo mucho éxito en el mundo europeo, ejemplo de ello es el símbolo que se ha creado en la fiesta madrileña entrono a este instrumento. Este oficio consistía en llevar la música por las calles y pedir la voluntad entre los asistentes a la función. El carretero al accionar la manivela movía los rulos que accionaban el mecanismo musical como si se tratase de una cajita de música gigante.

En conclusión, todos los elementos característicos de una guarnición tienen su importancia y papel en el enganche. Es labor de todos conservar todas las características y transmitirlas a todos los aficionados para poder preservar con autenticidad una obra de arte como puede ser una guarnición o un carro. Muchos de estos elementos se han ido perdiendo por el paso de los años, la pérdida del oficio con sus profesionales y los fallos en la transmisión oral. Debemos conservarlos, tanto a ellos como sus fines principales, porque al  perder la historia de nuestros enganches perderemos nuestra historia.

Francisco Llopis Ivars
Saxofonista y estudiante de musicología
Artículo publicado en la revista nacional ''La Mula Española'' nº3

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un llarg camí per a una peça tan curta, la història del pasdoble

LA MÚSICA POPULAR ÉS GENERACIONAL, UN ASSAIG SOBRE LA MÚSICA POPULAR VALENCIANA I LA SEUA EVOLUCIÓ

Mode de valeurs et d’intensités. Oliver Messiaen (1908 – 1992); Comentario y análisis